"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Acceso universal
Juan Luis Quincoces, director general de CENTAC
"No hay ciudades inteligentes si no se cuenta con todas las personas"
12/12/2012
Blanca Abella
Cuando alguien pone una rampa, la usamos todos. Las necesidades de un sector de la población, como es el de la discapacidad, son un valor añadido para las empresas. Si contamos con ellos desde el principio, contamos con todos.
El CENTAC trabaja para que así sea, para lograr que la accesibilidad de las nuevas tecnologías sea una exigencia desde los inicios, antes de la creación incluso, en la formación de las personas, y después, en cada proceso de ocio o de negocio.
¿Cómo se posicionó el CENTAC en un entorno tan amplio y ocupado como es el de las nuevas tecnologías?
El CENTAC nace por tres reflexiones muy claras. La primera está referida a la discapacidad y lo que supone hoy en día: obstáculos, barreras, dificultades de acceso. Es decir, si pones una barrera generas una discapacidad y si quitas la barrera, quitas la discapacidad. Segunda reflexión: la tecnología es una herramienta muy útil para quitar obstáculos, mejorar accesibilidad, o sea mejorar la autonomía personal y quitar la discapacidad. Tercera reflexión: la tecnología evoluciona muy rápidamente y hoy en día es casi obligada: los móviles, la banca, los cajeros, la administración electrónica, todo pasa por la tecnología, ya no es una opción.
Si no tienes acceso a esa tecnología, tienes una barrera, la tecnología puede generar nuevas dependencias y nuevas discapacidades. Y la tecnología cada vez va a más, es un tsunami. Y con las ciudades digitales, todavía más. Por eso es muy importante vigilar que las tecnologías sean accesibles desde sus inicios, su desarrollo, y también impulsar el uso de la tecnología accesible para disminuir esa discapacidad y esa brecha.
Y por eso CENTAC nace con el objetivo de impulsar, de la manera que sea, que las tecnologías sean accesibles. No podemos cometer el mismo error que se cometió en arquitectura con las barreras arquitectónicas, o el que se ha cometido en Internet con las web, el que se sigue cometiendo con las redes sociales… todo esto son desarrollos que en muchas ocasiones, con cierta sensibilidad, hubieran sido más amigables y mucho más accesibles.
¿Cómo es el trabajo del CENTAC en el día a día?
Es muy complicado porque tecnología y accesibilidad son muy transversales. Es algo que compete a todos los ámbitos: transportes, consumo, educación, empleo… en todos los ámbitos, la tecnología debe ser accesible.
Este año hemos hecho un congreso nacional en el que participaron 600 congresistas; hemos hecho dos informes de desarrollo de tecnologías accesibles, de ventanas de negocio, del ahorro que supone… esto es importante, creemos que también se mejora el déficit fiscal no sólo a través de recortes sino también implementando tecnologías accesibles, invirtiendo en ellas. Hemos hecho desayunos sectoriales, hemos hecho talleres de expertos, hemos trabajado en accesibilidad web, hemos tenido encuentros con comunidades autónomas, hemos participado en muchos proyectos y congresos o ferias…
Y desde hace más de un año todas nuestras actividades se realizan con subtitulado y lengua de signos. Ha sido una religión para nosotros, y hemos provocado que otras entidades se sumen, y eso es lo que buscamos, ese impulso. Y hemos creado una biblioteca digital de todo ello y tenemos más de 100 vídeos con contenidos solamente de tecnología y accesibilidad, públicos, con PDF accesibles, con lengua de signos y subtítulos. A disposición de quien quiera usarlos.
¿Sigue sin comprenderse que las personas con discapacidad son grandes usuarios de la tecnología y, como tal, un objetivo interesante para las empresas?
La cuestión de la oportunidad de negocio es my importante, y nosotros nos preguntábamos, ¿cómo impulsamos esto? De forma coloquial yo diría que con palo y zanahoria. Pero ahora esto va muy mal, tanto en el palo como en la zanahoria.
La parte del palo está muy mal porque aunque en España hay una legislación abundante, la aplicación es mínima, el seguimiento menor, la inspección inexistente, las sanciones, lo mismo… y no se siguen las mismas pautas para ámbitos de seguridad, de calidad, de otro tipo de normativas, que en la accesibilidad. Las leyes tienen que mejorar, y se está en ello, pero con lo que hay, si se aplicara, se lograrían grandes avances. Esto está muy poco perseguido.
En el palo entonces estamos muy mal, pero en la zanahoria, peor. Porque un motor muy importante es el legislativo y la RSC, etc. Pero al margen de eso el gran motor es la empresa, y si consiguiéramos que las empresas, por sí mismas, vieran que la inversión en tecnologías accesibles es interesante para sus propias rutas, ganaríamos también mucho. Pero está mal, porque no ven aliciente, no ven negocio, no lo conocen.
¿Y ante esta situación cómo se puede trabajar con el ámbito empresarial?
Las empresas no conocen lo que hay y sin embargo no hace falta engañarlas, es una realidad, hay un ámbito maravilloso de trabajo, de desarrollo y de evolución ahí para las empresas. ¿Qué hemos hecho? Entre otras cosas, creemos que es necesario explicarle a las entidades que esto existe. Hemos hecho un informe importante de casi 600 páginas donde mostramos el volumen de mercado real, las competencias, las oportunidades de negocio, las amenazas, debilidades, fortalezas, que existen en ese ámbito. Es tremendo el ámbito de negocio que hay.
También asistimos a un cambio del sistema. Hay una crisis global, no sólo la económica, hay un cambio muy grande, las personas vivimos muchos años y eso genera una masa social de unas edades diferentes y unas necesidades distintas. También cambia la legislación, y hemos pasado del espacio de las ayudas al de los derechos. Esos cambios se están viviendo y en ese nuevo espacio se generan unas ventanas de negocio y oportunidades de mercado que están pasando desapercibidas.
¿Qué ocurre con las instituciones públicas?
La administración pública también es ciega en este aspecto. La inversión en determinadas tecnologías provoca unas mejoras que la administración busca de otra manera, con recortes y demás, que yo no digo que no sean necesarias, pero hay otras formas de hacer las cosas que también son necesarias, y el sistema lo requiere. Y las tecnologías, si son accesibles, son una mejora para todos, no para un grupo.
Hay cuestiones básicas que no son negociables. Ahora está muy claro y sobre todo en la administración pública, el que no haga servicios públicos accesibles para todos, primero es una discriminación, y segundo, es ilegal. Aquí no hay ninguna negociación. El CERMI en este sentido está haciendo una labor increíble y hay que apoyarlo desde otros ámbitos más transversales, porque este mundo debe abrirse, no puede ser que siempre seamos los mismos en las mismas jornadas, reuniones, etc. Esto tiene que ser un tema tan importante como la seguridad, a cualquiera tendría que indignarnos por igual que exista un obstáculo para una persona con discapacidad. Está cambiando, pero aún hay que darle mucha visibilidad. Tenemos que pasar a plantear una exigencia de igualdad, de derechos.
¿Quiénes son los grandes aliados del CENTAC?
Para poder impulsar una línea potente, el CENTAC planteó que serían necesarias tres patas en su creación. Una pata es la Administración. Si no la tienes contigo, no puedes hacer nada. El ministerio de Sanidad está implicado, muy implicado, y el ministerio de Industria también. Otra pata, la de las personas, está representada por el CERMI y la Fundación ONCE. Y luego hay otra pata, y había que contar con ella, que son las empresas privadas. Se planteó que fueran empresas con un perfil determinado, líderes en su ámbito, que tuvieran mucha relación con personas, que usaran mucho la tecnología en su trabajo, y que tuvieran la decisión de impulsar las tecnologías accesibles. Y tenemos ahora cuatro entidades: Telefónica, Fundación Vodafone, El Corte Inglés y Acciona. Es un patronato peculiar, por el hecho de contar con estas tres patas y porque dentro de ese ámbito privado tenemos a dos empresas que son competitivas (Vodafone y Telefónica) sentadas en la misma mesa.
Creemos que el trabajo de hormiga que hacemos se va notando poco a poco, queremos seguir siendo el centro de referencia nacional de tecnología de accesibilidad y para 2013 tenemos ya decidida una actuación decisiva, queremos tener una presencia importante en el ámbito de las ciudades inteligentes. Creemos que no hay ciudades inteligentes si no se cuenta con las personas, todas las personas.
Entre sus aliados, el movimiento asociativo de la discapacidad ocupa un lugar preferente, ¿no es así?
En ese ámbito, es fundamental lo que plantea el movimiento asociativo, porque es la calle, son las personas, son los que viven el día a día, y esa información no la tienes si no estás con ellos. Precisamente, en la estrategia que hemos aprobado recientemente para el año 2013 tenemos tres referentes. El primero son las prioridades del ámbito de la discapacidad. El segundo es el alineamiento con el Plan de Acción de la Estrategia Española sobre Discapacidad 2012-2020. Y el tercero, las ciudades inteligentes. Ese es el foco de nuestra actuación para el próximo año. Y ¿cómo hacemos esto? Las prioridades del ámbito de la discapacidad no las podemos marcar nosotros, las marcan las personas. Por eso, entre otras cosas, hemos puesto en marcha en nuestra web un acceso para las asociaciones donde pueden marcar, según los ámbitos que hemos destacado (transporte, ocio, educación, sanidad, etc.) cuál es su prioridad tecnológica. Sin tecnicismos, de una forma simple y funcional. Eso está abierto en la web y ya hay muchas asociaciones que han participado e invito a todas a que lo hagan. Eso lo utilizamos como foco para nuestras inversiones, el impulso y el trabajo. A eso le llamamos manifiesto CENTAC, y eso en realidad es la extracción de esas prioridades que las propias asociaciones nos están transmitiendo.
Aunque cuentan con grandes e importantes aliados, ¿se encuentran por el camino también grandes obstáculos? ¿Cuáles son?
La falta de formación, de cultura, de información. Es básico que a estas alturas de la película, ya no digo en los colegios, que también, sino en las universidades, o a niveles profesionales, la accesibilidad esté presente. En los colegios, sólo en esos casos en los que algunos menores tienen un hermano, un familiar, un vecino, o en un colegio de integración, se observa un cambio bastante espectacular en la forma de concebir todo esto en los chicos y chicas que conviven alrededor de personas con discapacidad.
Para mí la accesibilidad es un espacio que tendría que estar, es muy similar al de calidad, que nadie lo pone en duda, al de seguridad, sostenibilidad y medio ambiente. Si te ven vertiendo aceite usado por el váter, te cae un puro. Sin embargo, en el tema de la accesibilidad, todavía es como hablar de las nubes, el sol, la bondad…y no, tendría que estar en el mismo pilar.
Pero hay poca maldad, no hay maldad, hay ignorancia. Pero el mal está hecho igualmente. Y eso se podría paliar, fundamentalmente, con la formación.
Al final todo se resume, casi siempre, en un problema de desconocimiento o ignorancia, de ahí la importancia que tiene la divulgación, la información, ¿también sería necesaria en el mundo empresarial?
Cuando las empresas me preguntan por el público objetivo, les explico que ese concepto es antiguo. Si yo quiero vender mis productos, debo ser competitivo, y para eso, debo tener valores diferenciados del resto de la competencia, y para eso, deben tener valores añadidos. Y resulta que hay cantidad de personas diferentes con unos valores distintos porque tienen unas necesidades y unas exigencias que al ser diferentes, pero como yo no las tengo, no las veo. Sin embargo, estas otras personas generan una información talentosa, porque me da argumentos para generar valores añadidos en mis servicios y productos diferenciados de la competencia.
Y no sería para ofrecérselo sólo a estas personas, sería un producto general para todo el mundo. Así salieron las rampas, así salieron los sms, así salieron las tablet, para todos, al final esto lo usamos todos. Las cosas no hay que hacerlas para un grupo, hay que hacerlas para todos. Y veo con mucho talento, el tener la oportunidad de contar con personas que por requerimientos especiales me abren los ojos y me dan información para poder crear servicios mucho más abiertos para todos. Cuando uno pone una rampa, la usamos todos.